Después del tiempo lo más difícil para él fue mirar atrás y preguntarse: ¿En qué momento te convertiste en ese ser del cual no quiere saber nada, que se archivo en la carpeta del olvido, y que pareciese que algo dentro de su vientre se retorciera en reacción alérgica a tu palabra, a tu existencia?
Sentir que dejar de existir puede ser mas cómodo para alguien que te importa es extraño… Hace que al mirarte en el espejo juegues a no verte e imagines. No sería necesario morir, suficiente seria con desaparecer. Te quedas allí, estático, parado sobre la duda que traes pegada a los pies. Tienes prohibida la pregunta “porque” y sin embargo te enfrentas a ti mismo tratando de encontrar la proyección que hay de ti en la mente de esa persona, otro tu, para hablarle y de alguna manera llegar a entenderlo. Pero es inútil, jamás lo encuentras porque siempre llegas tarde, se te olvida que te quieren olvidar.