Caí, meditando recostado contra afiladas y confusas letras, en un sueño profundo donde me vi flotando inmerso en un limbo encontrado, donde se debatían argumentos y razones que no tenían correlación alguna. Un camino helicoidal sin comienzo ni fin de ingratas ideas etéreas que se perdían en la nada, porque nada eran, solo ideas. En aquel nudo el tiempo no corría ni se detenía, supe que este era libre, que no existía. Sin embargo no me sentí ajeno, me di cuenta que entramos y salimos de él sin percatarnos, sin pensarlo, sin apreciarlo, al no ser capaces de recordarlo. Infinito, absoluto, indefinible.
El todo y la nada fueron demasiado, y entonces, desperté con los ojos enfocando un papel mientras escribía esto, y pensé; se sintió bien.
Egos, egos por todas partes
11 years ago
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